Mitos
Dios y Mitología
Tal vez ha llegado el momento de realizar un análisis profundo de los dioses del pasado que poblaban los panteones de distintitas civilizaciones.
Si analizamos sin pasión y con la mente abierta podremos descubrir el verdadero pensar de los antiguos respecto la divinidad y entonces comprenderíamos mejor el mundo.
La religión hindú que aún perdura con sus infinitas divinidades es catalogada por quienes no se han detenido a buscar sus fuentes como politeísta. He ahí el gran error, cada uno de los dioses es el rostro de un único Dios que se ha manifestado en diferentes épocas con distintos rostros y a aparecido ante los mortales para cumplir con su misión.
En resumen la esencia de esta religión antiquísima nos remite a la idea de un solo Dios con el poder de mostrarse como resultase más conveniente, al momento y al circunstancia pero partiendo de una unidad.
Podemos remitirnos a cualquiera de las mitologías, la griega, la romana, la escandinava, egipcia e inclusive a las creencias de los amerindios: Mayas, Aztecas, Incas etc. Si buceamos en la profundidad de sus filosofías nos encontraremos con una creencia común a todos, sin importar la época, el lugar o la cultura.
En definitiva hay un ser superior que da origen a todo los demás. Dios en su infinito poder de omnipotencia y omnipresencia puede mostrarse con infinitos rostros y formas, porque en realidad Él es todo lo que existe, el Universo conocido y desconocido en toda su plenitud.
La cábala nos dice que Dios en un principio era la nada que decide manifestarse en el todo para ver su rostro y ahí comienza la creación del mundo visible, por ello todo lo que existe es Dios. El universo es el pensamiento de Dios materializado, visible y palpable.
Usaremos la palabra Dios porque es la forma más comprensible de entendernos, pero no olvidemos nunca la verdadera esencia de las cosas y es que una energía perfecta, única, ilimitada e inigualable que ha imaginado un Universo mucho mejor que el nosotros podamos acaso vislumbrar está presente en todo.
Debemos dejar ya de hacer separaciones por creencias o mirar con cara de jueces y verdugos a quienes llevan sus creencias por otros derroteros que no son los que llamamos tradicionales..
Los rostros de los dioses mitológicos no son otra cosa, que la forma en la que sus manifestaciones, nosotros, hemos percibido en el pasado su indiscutible presencia.
Y partiendo de esta premisa en próximas entregas desglosaremos, la intervención eterna del Arquitecto del Universo inclusive en la creación de aquellos mitos antiguos que como ya se sabe, todo mito tiene algo de realidad. Pero para ello, deberemos abrir nuestra mente y, nuestro corazón para entender, la verdad y no dejarnos limitar por ideas arcaicas preconcebidas que limitan nuestro pensamiento, amordazando nuestra inteligencia y capacidad de discurrir. Hasta pronto.
Silvia Munafó
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